Ya estamos de vuelta de Sapa. Se trata de las montanyas, famoso lugar por las diferentes etnias.
Reservamos camarote en un tren nocturno que salia desde Hanoi. A diferencia de los trenes de la India, que a pesar de ir en camarote cerrado de aire acondicionado encontrabas cucarachas para no estar aburrido en horas, este tren era de madera oscura, adornado con una mesita con flores y muy acogedor. Se llamaba King Express, al puro estilo casi del Orient Express del pasado. Iris estaba encantada. Lo unico malo era el aire acondicionado, pero teniamos nordicos para taparnos. El tren salia a las 21.15 y a las 5 de la manyana ya llegabamos a Lo Cai, a unos 38 km de la poblacion de Sapa. Como era de esperar, a la salida nos aguardaban un sin fin de minibuses, taxis y otras especies alataque del turista. Cogimos uno despues de que Sergi negociara el precio y en aproximadamente 1 hora nos plantamos en la ciudad. Aqui hacia fresquito, a diferencia del calor de Hanoi. En el bus conocimos una abogada de Ho Chi Min que nos recomendo un hotel donde iban el resto de viajeros vietnamitas, aunque era un poco caro. Al final tuvimos que quedarnos pues era sabado, dia de mercado y todo estaba mas que lleno. Una vez dejamos las cosas en la habitacion y desayunar un buen tentempie en uno de esos lugares chic que recomienda la Lonely, ala! a disparar fotos!
Llaman mucho la atencion las gentes del lugar. La etnia mas abundante eran los mong, o mejor dicho, las mujeres mong, especialmente las black mong. Para alguien que nunca haya visto semejantes vestimentas, los ojos se te agrandan fascinados. Ademas, son unas expertas en ventas, con una sonrisa siempre en la cara. La que escribe estaba alucinada. Las mujeres llevan a sus bebes colgados en la espalda, asi que os podeis imaginar como llamaba la atencion Iris en la mochila. Me vendian mochilas mong por todos lados, hubiera sido una buena compra de no tener la mia. Todas se acercaban no solo para venderte sus bordados, sino para preguntar cuantos anyos tenia Iris (decian "how old are you?", senyalandola a ella, era muy gracioso su ingles), cuantos hijos tenia, de donde eramos (entonces contestaban "hola"), etc. Evidentemente no puedes salir de Sapa sin llevarte una pulsera, un bolso, o lo que sea, son unas artistas de la venta. A la que tuve oportunidad hice mi cuestionario sobre maternidad y crianza: tienen a sus hijos en casa, asistidos por una abuela (que es experta en partos), y si no hay abuela el marido es el que ayuda. Dan el pecho hasta el anyo mas o menos, que parece ser que es cuando comen mas solido. Vi alguna mujer masticar la comida y darsela al bebe. Reian cuando veian a Iris enganchada al pecho. Salta a la vista que no hay problemas de natalidad entre las mong.
Al poco de llegar vimos a la familia de Nueva Zelanda con la que compartimos viaje en Halong. Aqui en Vietnam no es extanyo esto de irte encontrando a la gente, pues todos hacemos lo mismo.
Sergi se ha puesto las botas haciendo fotos y riendo con las mujeres. He encontrado muchas semejanzas entre las mong y las mujeres gitanas pues parecen llevar el peso de la casa y la tradicion y por su arte en el vender.
Despues de la comida, hubo quien descanso, y a la tarde nos fuimos a ver uno de los puntos mas altos de la poblacion, que es una buena excursion. La verdad es que es un sitio con encanto y no parabamos de comentar que nos habia sorprendido. Iris rabiaba de alegria con eso de subir montanyas, hemos visto que es lo que mas le gusta y camina buenos trechos sin parar de subir y bajar piedras o saltarlas.
Al final el del hotel nos ofrecio un buen precio por la siguiente noche y nos quedamos (tampoco habia sitio en algun otro hotel que miramos). Fuimos a la oficina de turismo y contratamos 2 salidas: una al mercado de Bac Ha y otra una estancia en comunidad (le llaman algo asi como homestay).
En la salida al mercado conocimos a una pareja de Berga, Olga i Valenti (des d'aqui us saludem!) con los que compartimos un buen dia.
En el mercado eran tipicas las flower mong, con vestidos multicolores. Alli podias encontrar desde ganado, carne y las cosas tipicas de SAPA, especialmente telas bordadas.
Al llegar de vuelta, cenamos y a dormir. Lo que nos esperaba era para ir bien descansado y eso que no lo sabiamos. El dia se desperto lloviendo, que buen uso le hemos dado a los chubasqueros! Como ibamos con una ninya, nos recomendaron ir solo nosotros con el guia. Bueno, resulto ser la guia, una joven mong. Lo que no habiamos entendido bien era que nos ibamos a estar los 2 dias de trekking. Asi que dejamos una mochila, y ala! a bajar! Una de las primeras paradas nos ensenya que no somos los unicos a los que se nos ha ocurrido la fantastica idea de visitar las comunidades y 2, que hay que comprar los palos que mil ninyos te vienen a ofrecer pues te haran mucha pero que mucha falta en el trekking, a no ser, como yo, que tuve 2 palos humanos que me eviatron mas de una caida en todo el fango. Porque si, la gran parte del camino era fango, y supimos muy bien el significado de la expresion "ves a pastar fang". Las mong iban como si nada, y nosotros vigilando cada paso. Como Iris no queria saber nada de ir con nadie mas, tuve que cargarla, con lo cual aun tenia que vigilar mas. Al segundo dia ya perdio la verguenza y por suerte la cargo la guia, porque sino no se como hubieramos salido de alli. Os aseguramos que sudamos tinta. Salimos a las 9 de la manyana y a las 12 paramos a comer. Venga turistas! Por lo visto unos 80 pasan noche cada dia en homestays. Y cada parada te asaltaban un grupito de mongs a ofrecerte sus cosas (pero de donde salian tantas?). A eso de las 4 llegamos a nuestro destino, despues de sudar y sudar por no caer. Mas de un extranjero habia patinado y era imposible pasarlo desapercibido. En mi vida he llenado tanto de barro las botas, las proximas me las compro resistentes a todo. Al llegar habia un riachuelo donde todos limpiabamos nuestros zapatos con un cepillo un buen rato. Y Sergi con unos zapatos que llevaba para tirar! A trozos Iris tambien camino, y porque no la dejamos, que si fuera por ella tambien estaria de barro hasta arriba. En la casa estuvimos un buen grupo y como estabamos rebentados quien mas y quien menos y teniamos hambre, nos sentamos a esperar y asi fuimos conociendonos un poco. Habia unos mallorquines, Rafel i Catalina, muy muy divertidos: un grupo de estudiantes franceses de medicina que habian ido a hacer practicas y ahora estaban haciendo un poco de turismo (uno de ellos hablaba muy bienespanyol), 3 israelitas ( una pareja y un chico de Haiza muy simpatico) y un americano cuyo padre era palestino (aunque con mucha mezcla de sangres) que habia muerto en la guerra de Vietnam pues era soldado americano.
Poco a poco Iris fue perdiendo la verguenza y al final se la llevaban por ahi como en Kenya, pero esta vez a ver patos y cerdos. Luego acabo toda excitada, corriendo arriba y abajo hasta que cayo rendida despues de la cena.
Como siempre que se conocen viajeros, aprendimos muchas cosas. Por ejemplo, a los medicos les llamo la atencion la cantidad de cancer infantil. Creen que son los resquicios de la guerra. Contaban que como era privada la sanidad, cuando llegaban al hospital tenian canceres enormes. Tambien habian visto mucho SIDA. El americano, un profesor de Washingtong, nos explico la realidad de EEUU, no todos son defensores de Bush, evidentemente, y menos muchos de los que viajan y ven otros paises y circunstancias. Al final nos fuimos a las tantas a dormir, despues de probar el "happy water" de alli y de charlar y charlar. Estuvo muy bien. Dormimos en camas muy grandes con base de madera y colchon finito con una especie de mosquitera y cortina encima que nos aislaba del resto.
A la manyana siguiente salimos lloviendo. Que barrizal!! Esta vez Sergi si cayo y yo estuve a punto unas cuantas veces de llevarme por delante a la viejecita que me aguantaba fuertemente la mano o a la adolescente que tenia en la otra. Uf! Despues les di algunos dongs (ellas te ofrecen sus cosas, no saben nada), por salvarme la vida. Una vez llegados al punto de la comida, se acabo el barro. Sergi abandono sus calcetines, zapatos y bajos de los pantalones. Creemos que han tenido un gran final.
Despues de comer, volvimos a ascender un poco, esta vez Iris lo hizo todo caminando, esta hecha una machota y riendo un monton con Zen, la guia. Volvimos a la ciudad, nos cambiamos como pudimos en una lavabo de la oficina de turismo, y, ala! a negociar un minbus para volver a Lo Cai, pues por la noche cogiamos el tren de vuelta a Hanoi.
Y aqui estamos, haciendo tiempo mientras nos arreglan la habitacion, despues de llegar a las 4 de la manyana y encontrar a los companyeros de Mallorca (suerte hemos tenido todos pues hemos compartido taxi y nos ha resultado mas barato, menudos los taxistas!), hemos estado un rato en el lago, viendo como la gente mayor hace ejercicio (una especie de tai-chi) y nos hemos comido un bocata de tortilla para desayunar.
Despues de Sapa, somos unos campeones del trekking!