martes, 24 de agosto de 2010

Capurganá: un rincón por descubrir

Una vez en el puerto, como casi siempre, no habíamos podido reservar, así que nos tocaba la otra odisea de buscar alojamiento. Los italianos fueron por su lado, y nosotros por el nuestro. En la guía hablaban de un americano que tenía una cabaña que pronto conocimos, pero lo tenía todo cogido, excepto una habitación con 4 camas con lavabo externo, pero contiguo a la habitación. Dijimos que íbamos a ver y luego él se ofreció a enseñarnos la habitación y si no nos gustaba nos ayudaría a encontrar lugar.

En el puerto un tío nos dijo que había un hotel que estaba bien y abuen precio, y, haciéndose el despistado, nos llevó hasta donde estaba y allí nos dijeron que sólo tenían para 1 sola noche, cuando nos pareció que estaba casi totalmente vacío. Luego comprendimos por qué. En el pueblo hay lo que llaman "pelaos" o "pelones" que son unos in termediarios o extorsionadores porque te dicen que la habitación vale 40, cuando vale 20 o menos y ellos se quedan con la mitad o más sin hacer nada más. Algunos hoteles o empresarios pasan de ellos y, a cambio, ellos no te indican donde está el hotel que buscas, o te dan señas erróneas para que no vayas, como pasa con el americano, que se llama Cabaña Darius, por eso él va personalmente al puerto.

En fin, que en todos sitios cuecen habas.

Al final nos quedamos con el americano y estuvimos muy biebn, la verdad. La habitación me pareció casi de lujo comparada con el antro de Turbo, y el lavabo y ducha estaban superbien. parte de la excursión del barco estaba allí alojada. Era domingo y se iban el miércoles, así que luego nos pasarían a una de las habitaciones con baño privado por el mismo precio, al cambio eran unos 15 euros más o menos. la excursión era como si fuera el Imserso, la mayoría mujeres mayores, escandalosas, cotillas, divertidas algunas. Neri, la dueña también del hotel, un encanto de mujer, nos preparaba comidas buenas, especialmente arroz de coco, especialidad de la costa de Colombia que está delicioso.

La cabaña estaba alejada del pueblo y de todo. Ha llovido cada día y los caminos estaban embarrados. la primera noche casi fue una ducha, cenar y dormir. 

Al día siguiente la primera excursión: El Cielo. Las señoras de la excursión iban un día por delante de las actividades posibles y nos iban informando.

EL CIELO

Esta excursión no tenía en sí nada de lo que llaman "El Cielo", pues es una cascada pequeña. pero hacer la caminata hasta allí era toda una historia.

Lo primero que flipamos es que nos salió un soldado y nos acompañó todo el camino. Imaginad qué yuyu! Dicen que Capurganá es muy seguro, eso decía el soldado, y nosotros pensábamos: "si es tan seguro, por qué nos escoltas?" Dicen los rumores que es porque unos turistas se quejaron y desde entonces está allí el ejército. Es un poco dudoso.

Así que ahí tenéis unas fotos...

Caminando con el soldado


En un chiringuito, haciendo un descanso, con los soldados que escoltan también la excursión de yayos


El camino era entretenido, y entre la humedad y esquivar el barro, ya hacías las 2 horitas, ellos decían que 1 hora. Nos dijo el soldado que atraviesas 12 veces el riachuelo, así que los pies iban remojándoses, fresquitos íbamos.

Para que veais que no somos unos locos adentrándose en la selva, aquí una foto de la excursión del Imserso colombiano.

Cuando se fueron, disfrutamos de la cascada para nosotros solitos/as

Cada día hay restricciones de luz, por ejemplo, de 20 a 22h, así que cenamos a las 7 y a las 8 o poco más nos vamos a dormir. Por la mañana también hay, en algunos sitios hemos visto que no te pueden servir según qué porque no hay luz.

Bueno, a lo que iba. Que la excursión para las abuelas tenía tela, porque si para nosotros déu n'hi dó, ni imagino...Dicen que al día siguiente se quejaban que no veas.

SUBMARINISMO

Al día siguiente Sergi había quedado con el instructor de submarinismo de uno de los centros que hay, pues dicen que aquí está el mejor buceo de Colombia y de hecho veníamos por eso. Se llama Eduardo y es amigo de Joseph, el americano. Decidimos dejar a las chicas e el centro a cargo de la mujer que le ayuda a él y una dogo o gran danés gris llamada Lolay hacer las inmersiones juntos, que no lo hemos hecho nunca. Cada salida era de 1h y media, así que ningún problema. Iris estuvo encantada y Carla, con animalillos por ahí y el niño de la mujer unos meses parecidos a ella, ni se acordó, vamos.

Carla con Samuel y Lola

Qué deciros del submarinismo, mi cuñado tenía toda la razón que nos estábamos perdiendo otro mundo cuando viajábamos. para mí submergirme es toda una experiencia. Esta vez iba con cierta prudencia pues cada vez tengo más problemas con el oído. Se ve que estaba congstionada, porque a la que bajaba un poquito la cabeza me presionaba tanto que era como si se fracturara y fuera a rebentar. Uf, qué daño...Así que no pude bajar a más de 10m, a la que me despistaba, crash, la cabeza. Estuve gran parte de la inmersión pendiente de la dichosa presión y me perdí muchas cosas.

Decir tiene que como los mares de Malasia, todavía no he visto nada tan espectacular, pero aún así me pareció un buen paseo: bancos de peces azules eléctricos, corales de diferentes tamaños, formas, colores...Vimos muchos peces diferentes, hasta el peligroso pez león, que se ve que ha colonizado estos mares que no son su hábitat habitual, que no tiene depredador que lo acote y que se está haciendo el dueño del lugar, de hecho vimos muchísimos. El gobierno tiene ordenado a los buceadores y demás que cuando vean uno lo maten porque se puede cargar la fauna autóctona marina. Por supuesto no matamos ninguno, claro. Vimos rayas, peces mariposa, hasta un tiburón bastante grande.
Volvimos, repostamos y, la segunda inmersión. Estuvimos charlando bastante con Eduardo sobre el turismo, la cultura, los países, etc. Muy enterado de todo, muy amable y todo un lujazo estar los dos solos con el instructor.


De camino a la cabaña por la playa. Ésta era la bahía de Capurganá


SAPZURRO Y LA MIEL: pasando la frontera a Panamá

Vista desde el View Point camino a Sapzurro

La siguiente excursión fue al pueblo vecino, Sapzurro. La caminata dicen que es de un par de horas y luego un cuarto de hora más para La Miel, que ya es Panamá. Ha sido de las más duras de últimamente, teniendo en cuenta que se atraviesa la selva, que se tiene que subir la loma de la montaña, esquivar barro, subir y bajar piedras, en fin...Que para las urbanitas como yo ir cargada con Carla y hacer todo eso ya tiene lo suyo...Lo hicimos en unas 3 horas de ida, luego vuelta a Sapzurro desde la Miel, y de allí una barca a Capurganá que nos costó 6000 pesos (unos 3 euros), cuando por la excursión te pueden pedir 40000 (20 euros) o desde la Miel 20000. La excursión a pesar de dura para nosotros es muy interesante. Dicen que hay monos, nosotros vimos una especie de hurón, y luego supimos que lo que escuchábamos todo el tiempo bien podrían ser los famosos monos aulladores.

Iris cayó y se embarró, pero se lo tomó bien, je, je!

Sapzurro tiene una playa bonita, totalmente solitaria. Vimos una chica en toda la playa tomando el sol. La verdad es que si aquí uno quiere huir de las multitudes y del turismo de masas, éste es su lugar.

En la playa de Sapzurro

Para llegar a la Miel, en lo alto de la loma hay un puesto fronterizo con un soldado Panameño, entregas los pasaportes y sigues escaleras abajo.

Y llegamos a Panamá!

Y, oh, sorpresa, en la playa de La Miel nos encontramos a los italianos. Ellos estaban alojados en una cabaña en otra cala, por decirlo de una manera, que se llama Aguacate, a 1 hora caminando desde Capurganá. Nos dijeron que si íbamos a Aguacate que nos invitaban a comer. Nosotros no sabíamos si podríamos pues en ningún sitio pudimos pagar con tarjeta de crédito, todo era en metálico y no lo habíamos previsto, tampoco sabríamos si íbamos a estar más días y si te quedas sin dinero no vuelves a tierra, y menos con aquellas arpías de los barcos. Nos dijeron que estaban encantados.

Aprovechamos para comer el plato típico de la zona, caracoles de mar en salsa de coco, uuum! Estoy descubriendo que la salsa de coco es lo mío!

Os podéis imaginar que cuando llegué a la Cabaña estaba rota, ya le dije a Iris y Sergi que después de eso me había ganado el Cielo, que cuando llegara a casa me pensaba autorregalar algo, je, je, como premio. Sí, señor!


AGUACATE: otra vez descubriendo alojamientos en playas solitarias

Aguacate, o mejor dicho, la playa anterior donde está el Bahía Lodge es lo que a Sandra y Jota les hubiera encantado, una copia exacta de nuestra playita de las Phi-Phi, of! como pueden haber aún sitios así!

Hicimos cuentas y vimos que teníamos el dinero justo para volver, vamos, lo que se dice justo, justo, que nos quedarían 10.000 pesos (5 euros) si nos quedábamos un día más. Y arriesgamos. Y salimos ganando.

La excursión a Aguacate es más light, vas bordeando la playa por decirlo de alguna manera y sólo tiene un par de lomas para subir y bajar.

En el camino nos encontramos a Andrea y Fra, así que quedamos con ellos para comer pasta! Paramos en la primera playa que encontramos pensándonos que habíamos llegado. Y no. Habían unas pocas cabañas repartidas en la playa. Preguntamos a una mujer por agua y nos dio un vaso de agua fresquita gratis! Luego vimos un señor que resultó ser alemán (de unos 60 años muy bien llevados, por cierto). Su nombre es Lotha y era el dueño del Lodge. Era muy amable y estuvimos hablando con él. Sergi le dijo que era fotoperiodista, le preguntó por el alojamiento, etc. Al final nos hizo un descuento a cambio de hablar de él en algún reportaje, y...tachín, tachín: nos cambiaba euros! Así que decidimos alargar nuestra estancia un par de días más y alojarnos allí.

Después de esto fuimos a Aguacate, la siguiente playa. Sólo hay unas cuantas cabañas, puede que un restaurante y nada más. No tardaron mucho en llegar Andrea y Fra y comimos unos buenos espaguettis, les contamos que nos quedábamos y nos pidieron pasta para llevarles al día siguiente.

Así que volvimos, hicimos mochilas, nos despedimos de Neri, Joseph nos llevó al puerto en el caballo, una barca nos vino a recoger y Bahía Lodge!

Iris con Neri y el caballo que tanto atrae a Carla
Con Joseph de camino al puerto

Estuvimos un par de días solos en la playa. Llegó un chico que luego supimos que era modelo y trabajaba para cine, TV y publicidad y había ido a rodar un anuncia a Capurganá, llegó en Kayak al bahia, y se quedó, je, je. Sólo estábamos él y nosotros, imaginad! Por el día comíamos con los italianos, por la noche a la luz de las velas enfrente del mar, una gozada. Es tan peculiar que hasta te parece extraño, como si no pudiera ser realidad.

Nuestra cabaña en bahía Lodge


Iris con su amiguito Alejandro, de unos vecinos, que hicieron muy buenas migas como véis.

Lotha se portó muy bien con nosotros, era todo un caballero, un viajero que había estado en todo el mundo casi, que parecía que montaba negocios estupendos y luego cuando funcionaban, se iba a por otra cosa.

El domingo todos (los italianos y nosotros) nos íbamos camino a Cartagena. Está bien compartir viaje especialmente cuando son trayectos algo duros, por lo menos así no lo parecen tanto. Andrea y Fra no son los típicos italianos, de hecho estaban viviendo 3 años en Inglaterra haciendo el Doctorado y critican a sus paisanos cuando viajan. Son jóvenes, 10 años menos que nosotros, pero muy majetes.

Hasta aquí lo que ha sido nuestra semana en total en este rincón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

las fotos divinas, la playa, la cascada, interesante la compania del soldado.
una pregunta... nos pueden contar que pasabe copn el modelo publicitario que tanto nombraron? mi esposa ya piensa en viajar para alla para encontrarlo... saludos pedro y adriana adri_mzv@hotmail.com