miércoles, 11 de agosto de 2010

Llegada a Colombia con sabor a hormigas culonas

Hola,
Por fin ya estamos aqui de nuevo con vosotros. Perdonad por los acentos, pero este teclado...

Ya estamos en Colombia. Primera parada: San Gil, un pueblito de la montaña/interior muy acogedor. Llegar aqui ha sido toda una peripecia, pero bueno, es lo que tienen los viajes no organizados.

Como hemos llegado? Pues bien. Creo que lo dejamos en Los Nevados, no es asi?, ni os cuento como llegué desde el centro de comunicaciones del pueblo cuando acabé de escribir en este blog a la posada, pues la luz se fue del pueblo (tardó dos días en volver) y por supuesto no se veía nada, había llovido y estaba todo embarrado a pesar de las calles empedradas. Sergi y las niñas estaban en la posada, así que ya me podéis imaginar a ciegas e intentando bajar una super=cuesta sin caer...Sergi se ve que pensó que no podría bajar y me vino a buscar con luz y lo encontré a medio camino, uf! me tendrías que haber visto agarrada por las paredes caminando como una vieja coja...Para morirse de la risa, vamos es que me reía de mí misma yo sola...

En fin, dejamos Los Nevados, muy agradecidos por la atención y las comidas, y camino a Colombia. De Los Nevados a Mérida en 4x4, 5h, no encontramos habitación en la posada Mara que habíamos estado, fuimos a otra donde encontramos una pareja argentina que viajaban con su hijo 5 meses mayor que Carla, qué alegría conocer familias viajeras! Ellos eran artesanos, así que iban vendiendo de ciudad en cuidad y se costeaban el viaje. Buen invento. También tuvieron una imagen desagradable de Chichiriviche a pesar que a nivel de venta a ellos les cundió.

Fuimos a la heladería con el Récord Guiness en número de sabores: uf, qué invento, aunque un helado sabor a carne o a frijoles, pues como que no estamos acostumbrados, y nos conformamos con uno a sabor a café y chocolate, sabores típicos por otra parte, de estas tierras que visitamos. Era una parada obligada, idea de un portugués. Estaba a rebosar de gente.

Dormimos y al día siguiente reguero de buses. Primero a San Cristóbal y ya de allí a un pueblo fronterizo para hacer noche, evitando Cúcuta que hablaba la guía que era más peligrosa y con el porcentaje más grande de pobres de Colombia. Ya ni me acuerdo de las horas. Encontramos un hotel que estaba bien, aunque la localidad nos pareció completamente desértica. Hicimos papeles para pasar fronteras en la policía venezolana y en el centro fronterizo de Colombia (DAS), para así al día siguiente ya no tener que esperar ni hacer colas. Al día siguiente un coche que llaman "por puestos" nos llevó a la estación de autobuses de Cucuta. Allí cambiar dinero fue ya todo un show, los euros nos lo cambiaban por nada y menos, conseguimos cambio en una oficina judía (tienen fama de buenos negociantes) y de allí nos recomanedaron un bar donde desayunar y una compañía de buses para ir a Colombia, que resultó por cierto, muy cómoda y seria.Berlinas del Fonce se llama. La estación de autobuses fue el único lugar donde estuvimos más en alerta, pero nada comparado con estar ni siquiera en la estación de Sants, que delante mío una vez desapareció un bolso sin pestañear de una señora que estaba en el bar. Vaya, que no sabemos de qué tiene mala fama Colombia porque es de los países más seguros en los que hemos estado. A no ser que se sea diplomático o alguien importante y se viaje a zonas muy concretas de la selva interior del sur, es más seguro que Barcelona cien mil veces.

El autobús salía a las 9 de la mañana y llegamos a nuestro destinos sobre las 7 de la tarde. Un taxi nos llevó al centro desde la estación de autobuses y hechos polvos fuimos a parar al primer hsotel que ponía la guía. No tiene baño particular, pero el chico que la regenta y su madre son de lo más hospitalario que he visto en un tiempo, vamos, que entre Los Nevados y esto se agradece, porque en los últimos viajes la hospitalidad brilla por su ausencia en más de un sitio. Ivan es un economista que dejó la banca en Bogotá y regenta ahora este hostel para turistas que es una casa con decoración colonial muy correcta por algo más de 7 euros la noche. Su madre nos prepara un desayuno muy completo y nos habla de aquí, de otros huéspedes, de todo...Él tiene dos hijos como las nuestras, así que por eso hemos tenido más temas de conversación y nos ha orientado por los alrededores para salir con ellas.

Ayer dedicamos el día a estar tranquilos, fuimos a pasear por un Parque muy chulo que llaman El Gallineral, donde tienen una piscina natural, árboles y algún que otro animalillo. Despúes cogimos un taxi a un restaurente que llaman El Pozo Azul donde probamos carnes esquisitas que Ivan nos recomendó y luego a un "balneario" natural que llaman Pozo Azul, que no era más que un río marrón con ligeros rápidos y zonas en forma de piscinas. Para Carla un peligro porque con el agua helada, la tía se tiraba de cabeza y cualquiera la retenía.

En fin, que pasamos el día bien. San Gil es un pueblo de casas coloniales, muy animado y tranquilo de gentes amables.

Hoy hemos ido al recomedado Barichara y de ahí un pequeño trekking que hemos conseguido hacer en 2 horas para admiración de los lugareños hasta otro pueblo llamado Guane. Una experiencia estupenda. Barichara es como cualquier pueblo de Castilla, de casas coloniales, plaza ancha, calles empedradas, con hoteles Boutique (es curioso que antes de Tailandia jamás habáimos oído hablar de hoteles boutique y ahora lo escuchamos en un montón de sitios). Muy bonito.

El plato estrella de esta región, que se llama Santander, es la hormiga culona. Aunque al escucharlo por primera vez pueda echarte para atrás os aseguro que el lomo con salsa de hormiga que hemos comido hoy era una delicia para el paladar. El restaurante era posiblemente el más caro de Barichara (nos ha costado todo 25 euros, por eso), pero no podíamos dejar de probarlo.

Por lo que cuentan, aquí antes no había carne, o animales como reses, así que los pobladores del lugar obtenían sus proteínas de este bichito, que ahora se vende como alimento de picoteo o para aderezar salsas. Dice la Lonely Planet que sabe a una mezcla de tierra con café, no sé explicaros bien su sabor, pero es peculiar y no da nada de asco, al contrario. Así que proteínas por un tubo!

Tengo que preguntar a qué edad se puede introducir como alimento complementario en los niños y niñas, je, je! Aunque, como veréis en las fotos, a Carla le pareció también delicioso!

En fin, que mi preocupación particular es el dengue. No hay tratamiento preventivo ni tan sólo tratamiento una vez lo coges, sólo cama, paracetamol y líquidos unos cuantos días. En Venezuela está siendo un problema grave, leímos que habían habido más de 100.000 casos, y aquí es una enfermedad en aumento. Se contagia por picada de mosquito, como no!, pican durante el día y se debe a aguas estancadas en ciudades con densidad de población. Aquí en Colombia donde lo pillan más los guiris es en La Ciudad Perdida, que no vamos porque son 6 días de trekking, aunque debe estar chula, porque a nosotros los monumentos antiguos nos fascinan, y el lugar es la herencia de las tribus precolombinas...

Bueno, creo que ya os hemos puesto al día. De momento, Colombia pinta a un país muy muy recomendable, y eso que nos saltaremos una de las partes más hermosas: la selva.

Otro día, más. De momento os adelanto que nuestra próxima parada es la próspera y moderna Medellín.
Saludos a todos!

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